A todas nos gusta lucir un cutis radiante e inmaculado, pero la piel de nuestro rostro no siempre se ve como lo deseamos.
No todas le damos los cuidados necesarios a nuestra piel, por eso muchas veces termina por deshidratarse.
Sabías que las calefacciones quitan la humedad natural de la piel y la deshidratan? Además, los cambios de temperatura y el viento hacen casi imposible mantener el equilibrio de nuestro cutis.
Sequedad, tirantez, irritaciones…¡para nada agradables!
Sin embargo, es muy fácil poner solución a todos estos problemas.
Sólo necesitas poner en práctica un par de truquitos y verás cómo mantienes una piel tersa e hidratada durante todo el año.
Para descubrir si tu piel está deshidratada basta con observar si tu piel está flexible o por el contrario aparecen arrugas finas al deslizar los dedos sobre ella.
La piel del contorno de ojos es la primera en mostrar los efectos de la deshidratación.
Por ello debes protegerla con un producto no graso, aplicándolo de adentro hacia fuera, siguiendo la dirección contraria a la tendencia natural de la caída de la piel.
La piel deshidratada grasa presenta brillo, pequeñas manchas y rojeces, poros dilatados y al tacto se siente desescamada.
La deshidratación en la piel seca se manifiesta con un aspecto mate, poros cerrados, tacto áspero y en ocasiones pequeñas manchas especialmente en la zona de los pómulos.
Para solucionar el problema de la piel deshidratada necesitarás:
Leche limpiadora y tónico adecuados a tu tipo de piel.
Crema antiarrugas e hidratante para el contorno de ojos: Lo ideal es utilizar una crema de rostro que contenga vitaminas A, C y E ya que son las que más humedecen e hidratan la piel y es la mejor forma de evitar la deshidratación.
Ampollas de colágeno.
Crema exfoliante suave.
Una mascarilla descongestiva.
Ponte en acción:
Realiza una limpieza profunda de tu piel tanto al levantarte como al acostarte, utilizando siempre la leche limpiadora y el tónico. Acto seguido hidrátala con tu crema habitual.
El aporte extra de colágeno en forma de ampollas dará a tu piel el cuidado con profundidad necesario para conseguir una mayor elasticidad.
Aplícala con toques ligeros hasta su total penetración.
Con hacerlo 2 veces por semana será suficiente.
Una vez por semana es recomendable que te apliques la crema exfoliante para eliminar las pequeñas descamaciones y todas las células muertas depositadas en la capa superficial de tu piel.
Luego de la exfoliación aplícate una crema hidratante, seguida de una mascarilla descongestiva que te ayuda a recuperar los niveles normales de agua en la piel.
Tenemos que hacerlo ¡Siempre! pero nunca lo cumplimos.
Es hora de tomar las riendas del asunto.
Y para complementar estos cuidados hay otros tips: llevar una alimentación adecuada, 8 horas de sueño diarias y, sobre todo, dos litros de agua al día. Aunque no sintamos la misma necesidad de beber y refrescarnos en invierno que en verano, es la única manera de mantenernos hidratadas.
Con estos consejillos ya te habrás hecho una idea de cómo cuidarte para triunfar todo el año.
No te acuerdes de tu piel sólo en verano y que no te venza la pereza…
¡Es más fácil y rápido de lo que piensas!